Estos hechos denunciados por diferentes medios, incluso por internos de la Cárcel de las Mercedes, se configuran como tratos indignos, inhumanos y degradantes, violatorios de cualquier norma tanto nacional como internacional respecto a los derechos que tienen los privados y privadas de la libertad al interior de todo establecimiento penitenciario y la obligación que tiene el Estado para garantizar una política criminal y carcelaria respetuosa de la dignidad humana.
Los privados de la libertad informan que el 28 de diciembre de 2020 ingresaron al Patio 7 varios guardias del GRI sin ninguna medida de bioseguridad, gritándoles improperios e insultos denigrantes, golpeándolos y dañando sus pertenencias mientras exigían que entregaran lo que tuvieran para evitar seguir destruyendo las mismas. Los guardias ante cualquier contacto visual que los internos quisieran tener con ellos, los golpeaban, colocándoles las botas en sus cuellos para reducirlos y obligarlos a obedecer las órdenes que querían hacer cumplir por la fuerza.
Las internas expresan que no les han garantizado el derecho a la alimentación en los días posteriores al cierre del rancho, los platos son servidos con comida en mal estado y en cantidades mínimas. Además, otra de las vulneraciones que se han registrado, es que no están teniendo en cuenta las particularidades de las dietas de las internas que cuentan con alguna patología médica, quienes requieren una alimentación diferenciada y que por tanto debe garantizarse de igual manera que las demás mujeres privadas de la libertad.
Desde el CSPP vemos con preocupación que esta situación persista tras varios días sin aparente respuesta efectiva por parte de las autoridades penitenciarias, esta problemática se presenta en la medida que existen falencias infraestructurales en la cárcel que han sido denunciadas en reiteradas ocasiones por las personas privadas de la libertad y que es necesario solventar de manera urgente.