Con el propósito de denunciar las precarias condiciones de salud en que se encuentran los miembros de la insurgencia privados de la libertad y la falta de atención médica, los presos políticos del Eron – Picota han decidido por segunda vez en este año iniciar una huelga de hambre, con la que buscan exigir el cumplimiento de parte de las autoridades penitenciarias de las obligaciones, legales y constitucionales
Los últimos acontecimientos alrededor del conflicto armado que vive nuestro país, han dejado ver el discurso mentiroso del gobierno nacional, bajo el cual pretende que sus insensatas reglas de juego sean solo aplicables contra el pueblo alzado en armas. Gran alboroto ha generado la retención del general Alzate, mientras los soldados capturados en combate poco o nada le importó al establecimiento, lo que demuestra el carácter clasista burgués que sostiene a las fuerzas militares del país.
Este 19 de noviembre, hacia las 2:30 de la tarde se llevó a cabo una “rascada” por parte de la guardia en el pabellón 4 torre b del ERON – Picota. En desarrollo de este procedimiento los funcionarios del INPEC procedieron a sacar todas las pertenencias de los internos de cada celda y botar varias de ellas a la basura, entre estas, colchonetas, ropa, zapatos, y los alimentos que tenían guardados. Con posterioridad regaron agua por toda la celda, lo cual aumenta la humedad y frío dentro de las mismas.
El Movimiento Nacional Carcelario, hace un llamado urgente a defensoria del pueblo, procuraduría general de la nación, organizaciones defensoras de derechos humanos, movimientos sociales y populares, a la comunidad nacional e internacional, medios de comunicación, para que en un sentimiento de solidaridad denuncien, y exijan a las autoridades penitenciarías que cese la vulneración de los derechos fundamentales del recluso, Jorge Bernal Romero, miembro del Movimiento Nacional Carcelario, trasladado para la penitenciaria de "Palo gordo" en Girón Santander