Los Presos Políticos recluidos en la prisión de “palogordo” Girón-Santander, registramos con enorme tristeza y dolor la grave situación por estos hechos que originaron un número considerable de heridos y la muerte hasta ahora de diez compañeros presos, quienes perdieron la vida por la desidia de los funcionarios del INPEC, en especial por parte del Director de la Cárcel de Barranquilla y el Teniente PONTON quien se quedó observando como los reclusos padecían los rigores de la conflagración que según lo denunciado, se originó por el lanzamiento de una pipeta de gas en desarrollo de un operativo que adelantaba la guardia.

Este tipo de hechos se han venido prediciendo debido a la crisis carcelaria del orden Nacional y la que se quedó solo en la noticia mediática en la que las “alaracas” de la Defensoría Nacional del Pueblo y Procuraduría General de la Nación se quedaron en “buenas intenciones” con tímidas recomendaciones donde queda claro que la dignidad humana y los Derechos Humanos de las personas privadas de la libertad siguen siendo vulnerados por parte del Estado que entre otras cosas se comporta peor que un criminal .

El hacinamiento, las condiciones inhumanas, humillantes y miserables que soportamos los presos diariamente son factores que junto con la corrupción se suman para empeorar la vida de los presos, donde las cárceles se han convertido en verdaderos depósitos de seres humanos y templos de castigo en el que las medidas adoptadas son cada vez más represivas y vejatorias. El temor que nos invade, es que este tipo de hechos se van a seguir presentando en otras cárceles y ya será muy tarde poder detener esta crítica situación. Mientras tanto los presos seguiremos llorando a nuestros muertos que diariamente fallecen por enfermedades terminales, por golpizas propinadas por el personal del INPEC, por negligencia y desidia de guardianes, directores y autoridades del orden nacional.

A los familiares, amigos y allegados de los presos muertos les expresamos nuestras voces de solidaridad, enviando desde esta prisión nuestro mensaje de fortaleza para exigir de los órganos de control y de la justicia la mayor celeridad para dar con los funcionarios responsables de esta masacre cometida ya se por acción o por omisión; haciendo igualmente un llamado a los presos de todas las cárceles del país, a sus familiares, a las organizaciones sociales y populares y en general al pueblo colombiano a fortalecer el movimiento nacional carcelario que presiones al Estado colombiano a adoptar soluciones de fondo que superen la estructural crisis carcelaria.