Denuncia Pública
Denuncias / La voz de los presos
Foto: El Heraldo
Por: MOVIMIENTO NACIONAL CARCELARIO MNC
El día 7 de febrero, aproximadamente a las 6 p.m., el director del establecimiento penitenciario y carcelario de ERON Picota Bogotá, informó a las personas privadas de la libertad, a través de los representantes del comité de derechos humanos, que este centro carcelario se declara en cuarentena debido a un brote agudo de diarrea, razón por la cual se prohíbe el ingreso a menores de 5 años, mujeres embarazadas, lactantes y personas mayores de 60 años; como medida preventiva a la propagación del problema de salud.
Lo que sorprende es que durante los años de funcionamiento de la estructura ERON esta problemática ha sido permanente por distintos factores de salubridad que tiene la cárcel; como se ha reflejado en los continuos cierres durante 2018 y 2019, de las áreas de preparación y almacenamiento de alimentos, ordenados por la Secretaria de Salud, dada la existencia de roedores en todas las zonas de cocina, como también la ausencia de infraestructura adecuada para el manejo de residuos orgánicos, aguas negras y condiciones mínimas de higiene para la manipulación de alimentos.
Una problemática igual de preocupante es la insuficiente red de manejo de aguas negras en toda la estructura, lo cual ha sido foco de propagación de roedores, zancudos y moscas; estas aguas rebosan las tuberías y llenan los pasillos por donde debe pasar la comida con que se alimentan las personas privadas de la libertad. Asunto que permite señalar que el transporte de los alimentos es rudimentario y no se realiza en condiciones optimas de salubridad; la reparación o finalización de las obras que llevan más de 4 años intentando poner en funcionamiento los ascensores, que harían las veces de medios de transporte a los patios que se encuentran ubicados en las torres.
En esta línea de preparación, transporte y, finalmente, reparto de los alimentos, es preciso resaltar que no se cuenta con los elementos requeridos para su entrega, lo que obliga a hacerlo de cualquier manera, asunto que implica condiciones poco higiénicas.
Vale recordar que la propagación de roedores y zancudos no se ha podido frenar dada la falta de recursos para la fumigación, según lo hizo saber el anterior director del establecimiento quien solicitó aporte económico de las personas privadas de la libertad a través de los representantes de derechos humanos de los patios, con la finalidad comprar materiales para disminuir la propagación de roedores y zancudos; esta colecta no tuvo éxito ya que los PPL no contaban con recursos económicos.
Teniendo presente estos puntos es menester interpelar a la USPEC, al INPEC y a los ministerios que corresponda, sobre cuáles son las medidas reales y apegadas a la norma para hacer frente a las condiciones inhumanas en que vivimos más de 3200 personas de la estructura 3 de la cárcel picota ERON, en relación a las condiciones de preparación de alimentos, transporte y reparto, así mismo sobre el manejo de las aguas negras; y con estos, sobre las medidas de contención y mitigación de las plagas que se propagan permanentemente. Es evidente que para la dirección actual como para la anterior, son las PPL y sus familiares las que deben asumir los costos y consecuencias de los problemas estructurales que posee la cárcel picota ERON.
Por estas razones, exigimos:
1. Garantizar nuestro derecho fundamental a la salud
2. Garantizar nuestro derecho fundamental a la alimentación
3. Respetar nuestra dignidad humana
4. Garantizar nuestro derecho a mantener una relación activa con nuestras familias.
5. Disponer los recursos necesarios para la adecuación de las zonas de preparación, transporte de los alimentos.
6. Revisar a fondo los focos que propagan epidemias y brindar las garantías para su mitigación.
¡Preso es quien no lucha!