10 Diciembre 2018 - 12:00am

Denuncia pública

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La fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos se permite denunciar ante la opinión pública, las diferentes entidades encargadas del sistema Carcelario y Penitenciario, y el juez 18 de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Bogotá, que el preso político Juan Calle Cabezas, falleció el día sábado 8 de diciembre en el Hospital de la Samaritana, luego de varios años de padecer la negligencia e indolencia del sistema Penitenciario y la administración de justicia. 

Juan Calle Cabezas estuvo recluido en diversas cárceles durante cerca de 19 años, durante los últimos años se descubrió que padecía cáncer linfático no Hodgkin, y recientemente presentaba insuficiencia renal crónica. Estás graves enfermedades nunca recibieron un trato adecuado y oportuno, a pesar que desde hace más de un año Organizaciones de Derechos Humanos y de solidaridad con Colombia, realizaron las solicitudes formales de atención médica integral ante la FIUDPREVISORA. También se alertó al INPEC, al Ministerio de Justicia y la Defensoría del Pueblo de la delicada situación de salud de esta persona privada de la libertad, lastimosamente estás instituciones no dieron una respuesta efectiva que permitiera garantizar su derecho a la salud y a la vida en condiciones dignas. 

De igual manera, la atención médica nunca se prestó de forma oportuna, pues la inoperancia del sistema de salud en las cárceles ponía obstáculos burocráticos e injustificados negándole la remisión a un centro médico en donde le practicaran los exámenes y procedimientos médicos necesarios para tratar sus enfermedades. A su vez, fueron reiteradas las ocasiones en que no se le entregaron los medicamentos recetados. 

El Comité de Solidaridad constató en sus múltiples visitas de seguimiento y monitoreo a la cárcel "Picota" que la salud de Juan Calle Cabezas se vio deteriorada y agravada en gran medida por la exposición a unas condiciones de reclusión contrarias a la dignidad humana, como lo son el suministro de una alimentación de pésima calidad que no cumple con los estándares energéticos, así como el constante incumplimiento en la dieta para personas con condiciones especiales. También, la presencia de condiciones insalubres debido a la carencia de agua y el mal manejo de residuos al interior de la cárcel.

Finalmente, señalamos la negativa del Estado colombiano en conceder la reclusión hospitalaria o la prisión domiciliaria con fundamento en el medio que llevaba recluido y atendiendo a la gravedad de su enfermedad. Sin embargo, el Juez de Ejecución de Penas encargado, no otorgó dichas medidas que hubieran podido mejorar su estado de salud y salvaguardar la vida del preso político Juan Calle Cabezas