A la Seccional Cundinamarca de la Fundación Comité de Solidaridad con los  Presos Políticos, ha llegado información preocupante sobre la situación de  vulnerabilidad en que se encuentra el Preso Político BORIS ZEIDER MEDINA  PAYAN.

Este traslado se dio por la negativa que desde hace varios meses el preso BORIS  MEDINA tiene a rasurarse la cabeza. El interno, quien hace parte de la comunidad afrodescendiente, sustenta sus demandas en la sentencia T – 750/03 de la Corte Constitucional de Colombia, que establece que:

 "La imposición de un corte de cabello rapado, esto es, cortado al rape o a raíz, desborda la finalidad de las normas disciplinarias al interior de la Penitenciaría (…), por lo cual debe darse aplicación al citado principio de armonización concreta de las normas  constitucionales, en particular de las que consagran el principio del respeto a la  dignidad del ser humano (Art. 1º) y el derecho fundamental al libre desarrollo de la  personalidad (Art. 16) y las que otorgan fundamento al desarrollo de la política criminal del Estado y la aplicación del sistema carcelario.”

Sin embargo, el pasado 23 de octubre la guardia del INPEC decidió cortarle el  cabello de raíz a la fuerza, lo sacaron de su celda casi desnudo, lo arrastraron, le  rasuraron la cabeza y lo trasladaron a la UTE, celda de aislamiento en la cual aún  permanece, luego de once días.

Durante estos días, el interno no ha podido realizar llamadas telefónicas ni recibir  visitas de sus familiares. De igual forma, a pesar de que sus compañeros del Patio  7 le enviaron una colchoneta y elementos de aseo, la guardia no le ha hecho  entrega de los mismos, poniendo las condiciones de reclusión del interno en un  estado deplorable.

De acuerdo con la información que nos ha sido trasmitida, el preso político BORIS  MEDINA se encuentra afectado sicológicamente como consecuencia de su  situación de aislamiento y de la zozobra permanente a la que ha sido sometido por  el riesgo inminente que se cierne contra su vida y sus derechos personales en el  penal La Dorada, Caldas.

La medida de aislamiento adoptada por las autoridades carcelarias, va en contravía de disposiciones constitucionales y legales sobre la materia, los  principios básicos para el tratamiento de los reclusos/as, las reglas mínimas sobre  Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente y de las recomendaciones de  organismos supranacionales y no gubernamentales del mundo, que han indicado  que este tipo de situaciones, constituyen cuando menos un trato cruel, inhumano y degradante y que puede configurar un caso de tortura.