Las prisioneras políticas de Jamundí, informan a las y los negociadores del gobierno y del  Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a la sociedad en general que  los puntos sobre prisioneros tratados en el cese bilateral fueron instrumentalizados por el estado como una fachada y una burla para quienes padecen el encierro,  en especial como prisioneros y prisioneras políticas.

Así mismo, denunciamos los incumplimientos en el  "alivio humanitario" el cual nunca existió.

El abandono, la falta de atención médica, el hacinamiento, los abusos, maltratos y violaciones del DD.HH son una enfermedad crónica sistemática. Al día de hoy las “soluciones” que se brinda son solo pañitos de agua tibia.  La asistencia médica sigue siendo mediocre y  comporta una total falta de ética, tanto así,  que en algunos casos no se revisan historias clínicas, las órdenes para especialistas y exámenes especializados que son antiguas a la fecha no fueron revisadas y por ende no se les dio ningún tipo de trámite.

Otro de los puntos críticos tiene que ver con la no entrega de los medicamentos; según lo expresan los prisioneros jamás fueron entregados y por ende se recurrió a la solidaridad de las familia, como es el caso de la prisionera política Nory Milena Jiménez, a quien le fue diagnosticada una hernia en la columna a la altura del 6 a 7 disco; tiroides; anemia; glucosa; pérdida de la fibra de los músculo lo que le genera incapacidad en sus piernas.

Para las y los prisioneros políticos la  escasa atención médica durante este "cese" fue brindada  por requisito, más no por un reivindicación con el humanismo, la solidaridad y la ética profesional. Una prueba fehaciente de ello es que muchos de los presos políticos que no estaban en los listados jamás fueron atendidos.”  

El según punto, tiene que ver con lo pactado frente los acercamiento familiares, compromiso incumplido por el Gobierno pues a la fecha no se ha realizado el primer traslado, de igual forma, las garantías de seguridad para los y las presos empeoran cada día, pues en las cárceles predomina la corrupción y desorden administrativo.

En el caso de las prisioneras políticas, en los últimos meses se  han recibido amenazas, una de tantas empezó con la interna Lina Pantoja, quien fue violentada a pesar de que el cuerpo de custodia tiene conocimiento de sus trastornos mentales. La inseguridad a la que son sometidas conviviendo con dicha interna es cada día mayor, frente a esto las prisioneras hacen responsable a la dirección, subdirección y al cuerpo de custodia de cualquier agresión física que sufran las prisioneras políticas: Alejandra Castro Bedoya, Ana Milena García Leyton , y el resto de compañeras .

Por todo lo anteriormente denunciado las prisioneras políticas del ELN hacen las siguientes reflexiones:

¿Con estas formas de represión, tortura y demás no entendemos como  el Estado es capaz de  hablar de paz y de seguridad? Cuando para el régimen sólo prevalece la mentira y hacer comunicados públicos donde se regodean  frente a los supuestos cumplimientos en términos de mejoramiento de la situación humanitaria carcelaria.

¿Hasta cuándo el pueblo colombiano va a seguir engañado y pisoteado por la clase dominante? 

Es el momento de decir no más y por ello solicitamos a los compañeros de la Delegación del ELN  para los Diálogos de Paz lo siguiente:

 Que se realicen  comités o comisiones de verificación, que se revise la voluntad de paz del Gobierno Nacional frente al marco de unos acuerdos (Situación carcelaria) que buscan una salida al conflicto negociado.

Colectivo de Prisioneras Políticas Policarpa Salavarrieta.