24 Agosto 2015 - 8:21am

Comunicado a la opinión publica de los presos políticos Miguel Àngel Beltrán Villegas y Brayann Alberto Castillo Pardo

Comunicados / Cárceles / Presos políticos

El mencionado centro, considerado de tránsito, (aunque algunos internos llevan allí más de un año presos) viola la normas mínimas para el tratamiento de personas privadas de la libertad suscritas por el gobierno Colombiano.

Para empezar no contamos con una cedula digna e higiénica, por lo que nos vemos obligados a dormir en el suelo soportando bajas temperaturas que afectan nuestra salud; así mismo, los mencionados calabozos han llegado  a albergar a cerca de ciento quince personas en poco más de trecientos metros cuadrados, cuenta con baños disfuncionales para la cantidad de presos que allí conviven, recalcando que son las mismas personas privadas de la libertad las que realizan el mantenimiento a la infraestructura en decadencia, no existen espacios destinados al entretenimiento y libre movilidad, la salida al baño es permitida a solo veinte minutos cada 3 horas, cerca de 86 personas han tenido que sortearse con solo 2 sanitarios ( uno en mal estado), haciendo más critica el evidente estado de hacinamiento.

Así  mismo el derecho a la visita está restringido a veinte minutos semanales y solo se permite el ingreso a una sola persona por recluso, impidiendo la entrada de niños, situación que es critica a cualquier ciudadano negando el derecho a la comunicación y a la unidad familiar, particularmente en el caso del profesor Beltrán cuya esposa se encuentra amamantando.

Como si esto no fuera suficiente, las visitas son sometida a tratos indignantes, en el momento de la requisa los funcionarios de la SIJIN han llegado a obligar a las mujeres a desnudarse, realizando posiciones incomodas que violan el derecho a la intimidad, aquellas que se resisten a acatar tales ordenes son amenazados de no participar en la visita. Cabe advertir, no se autoriza la visita conyugal siendo este un derecho consagrado por código penitenciario.

Los internos somos obligados a recibir nuestra visita con las manos esposadas y luciendo un chaleco de presidiario, siendo de este modo sometidos al estigma y el escarnio público. Los alimentos, útiles de aseo, vestido y demás elementos traídos en la visita son maltratados y hasta dañados, colocando a los presos en situaciones de humillación constante, para el tratamiento de los alimentos se les niega a los internos el servicio de microondas, u otro modo para calentarlos.

Nuevamente condiciones que afectan nuestra salud.

Además debido a la crisis estructural judicial y penitenciara en Colombia, la definición a la situación judicial de los internos se ha postergado sin respuestas favorables, haciendo sus estadía en los calabozos ya mencionados indefinida.

Cabe aclarar que ante estas indignantes condiciones y constante vulneración de los derechos, decenas de presos ejerciendo sus derechos como ciudadanos radicaron una tutela exponiendo la denigrante situación ante el juzgado penal 36 en la ciudad de Bogotá el día 30 de junio del presente año, tal juzgado resolvió el día 19 de julio fallando:

En el plazo de un mes todos los internos deben ser trasladados a centros penitenciarios dignos en donde deben esperar la definición de su situación judicial. Las requisas a las visitas e internos deben ser sobre la ropa y de modo que viole la dignidad e intimidad.

Nota (El profesor Migue Ángel Beltrán fue trasladado al centro penitenciario la Picota)