Desde el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos –CSPP, expresamos la preocupación frente a la situación sanitaria que se viene presentando dentro del centro de reclusión para mujeres El Buen Pastor en Bogotá, la cual podría agravarse por la pandemia provocada por el virus COVID-19.

Según información entregada por las mujeres privadas de la libertad, dentro del centro de reclusión se presentan al menos dos casos con COVID-19, en miembros del cuerpo de custodia del INPEC, situación que fue puesta en conocimiento por parte del movimiento Mujeres Libres, además de las fallas frente a las condiciones alimentarias en las que se encuentran las privadas de la libertad, aumentando el riesgo de complicaciones en caso de contagio; sumado a esto, se presenta una situación similar con otras 4 personas con posibilidades de contagio pues en días previos han manifestado tener síntomas relacionados.

Por otra parte, se denuncia la falta de medidas de sanidad de los miembros del cuerpo de custodia del INPEC durante el desarrollo de sus labores - como el distanciamiento social y el uso de tapabocas -, lo cual estaría poniendo en riesgo la vida de las mujeres privadas de la libertad que se encuentran dentro de este centro penitenciario, puesto que como se había denunciado desde la declarada emergencia sanitaria el pasado 23 de marzo, muchas de ellas se encuentran en estado de vulnerabilidad por el alto grado de hacinamiento, el cual llega al 61% .

Por lo anterior, exhortamos al INPEC y a la dirección del centro de reclusión para mujeres El Buen Pastor, a cargo del Mayor Wilson Leal Tumay a pronunciarse sobre la situación al interior del establecimiento para conocer el estado de las acciones tomadas para prevenir y contener el avance de la enfermedad, así como realizar de manera rápida y oportuna la aplicación de más pruebas a las mujeres privadas de la libertad y personal de custodia, con el fin de descartar más casos y poder focalizar las acciones de disminución del contagio. Al igual que hacemos un llamado a realizar el seguimiento de los casos que se encuentren en aislamiento preventivo y a fortalecer las medidas de higienización al interior de cada patio, como el lavado de manos constante, el uso de tapabocas, entre otras; esto con el objetivo de disminuir el riesgo al contagio al que se ven expuestas las mujeres privadas de la libertad.